martes, 30 de septiembre de 2014

RETIRO DE HIMALAYA



Toda la cumbre de la montaña, la cual tiene más bien forma de cono, está ahuecada en siete magnificentes cámaras, acomodadas en hileras, una sobre la otra, muy parecidas a los escalones de las escaleras. La entrada está bien abajo al lado de la montaña, a nivel del salón más bajo. La cámara en el ápice sostiene la Llama del Loto Azul, y se mantiene cerrada al público.

Pasando el amoroso estanque de agua clara cristalina en el cual algunas Flores de Loto Azules están flotando, nos encontraremos en la cámara inferior, un anfiteatro adaptado, pero con la diferencia de que la inclinación en el arreglo de los asientos es hacia abajo y hacia atrás desde el primer asiento, en vez de hacia arriba. El gran altar está en lo alto en el frente, y los asientos son similares a escalones anchos de mármol blanco con todo arreglado en declive hacia atrás gradualmente, de manera que es totalmente posible para la gente de los escalones inferiores (quienes están sentados todos a la manera oriental) ver el gran altar y todo lo que allí ocurre—los asientos frontales siendo los más altos y los de atrás los más bajos.

El frente del altar está cubierto con un trabajo de filigrana de oro fino, y en el mero centro hay una gran puerta plegable del mismo exquisito material y diseño, la cual puede ser abierta en ocasiones, permitiendo una vista del salón y del gran altar del próximo salón arriba.

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