sábado, 25 de junio de 2011

TEMPLO DE SHAMBALLA

DESCRIPCIÓN FÍSICA


Este templo se yergue sobre una alta elevación, al cual se llega por escalones de mármol, cuyo ascenso es interrumpido por terrazas de hierba cada doce escalones. Sobre estas bellas terrazas, bellas y variopintas fuentes de agua clara como el cristal vierten su música. Flores de alegres colores bordean los lados, y la paz y belleza de todo el escenario emite una radiación que constituye para el visitante una probada anticipada del paraíso. Las constantes idas y venidas de los visitantes son testigos silentes de la actividad que tiene lugar en el corazón de este Templo de Amor, y estarnos felices de reconocer entre los visitantes e invitados que parten, muchos de los queridos Maestros a quienes hemos llegado a conocer y amar. Finalmente, llegamos ante la gran puerta del Templo, la cual es de una tremenda altura y su trabajo de filigrana dorada refleja la Luz del Sol Espiritual como un gigantesco espejo.

A un lado de la bella puerta hay un jarrón dorado, y al acercarse cada visitante, se encuentra con que un ramo de sus flores favoritas aparecen allí, por algún tipo de magia celestial. Nosotros no somos la excepción a esta amable regla; y deleitados y felices, cada quien adornado con sus capullos favoritos, entramos al gran salón.

Aquí, sobre una mesa ornamental, hay un enorme tazón dorado que contiene un elíxir celestial, del cual se le da a cada visitante en una copa de cristal. Cada uno acepta gustosamente esta muestra de hospitalidad Divina y, sintiéndonos refrescados y fortalecidos por ello, esperamos con expectativa gozosa la audiencia con nuestro Rey. 

ANTE EL JERARCA 

Pronto se abren las grandes puertas de la cámara de audiencias, y seguimos a nuestro Maestro dentro de la Presencia. Con ojos mirando hacia abajo entramos y comparecemos, finalmente, debajo del trono. La presencia de Amor permea cada átomo de nuestro ser; el confort de Su Paz nos envuelve, y elevamos nuestros ojos para contemplarlo. Helo allí sentado, sonriente, amable, gentil, la encarnación de todo lo que algún día nos tocará ser.

Sin pronunciar palabra, absorbemos la gracia de su gran Presencia, y se nos hace saber que para esto vino El al mundo; que nosotros, al contemplar Su Divinidad, tenemos la posibilidad de hacernos como El y manifestar la Voluntad del Padre que creó a todos mis hijos con Amor, de acuerdo con el Patrón Divino Uno.

¡Oh, Sanat Kumara, Señor de Amor, cuan obediente ha sido Tu vida a este patrón! ¡Oh, Vida, perdónanos por la pobre manifesta¬ción que hemos mostrado! ¡Oh, Dios, ahora que hemos VISTO, danos la fuerza para CONVERTIRNOS en eso! Y desde el corazón de la Presencia de SANAT KUMARA destella hacia adelante el Fuego de Bendición, de confirmación de que todos, sólo por haberlo pedido, experimentaremos tal realización del patrón de Amor en nosotros mismos, glorificando así al Dios Uno que vive en TODOS los hombres. Al haber encontrado el camino que nos lleva a los pies de nuestro Señor, se deriva que cualquier individuo que tenga a bien desear hacerlo, pueda también mediante la contemplación y con la ayuda de su Presencia o de cualquier Maestro Ascendido que pueda invocar, atravesar el Fuego Sagrado de Purificación y disfrutar de una visita a Sanat Kumara.



Texto de: Diario de "El Puente a la Libertad" Vol. 1 
El Morya 

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